miércoles, octubre 11, 2006

(los padres)


En un pequeño jardín repleto de rayitos de sol juega la Sofía, es la más preciosa, tiene ojitos con forma de almendra pero son gigantes como los míos a su edad, su cabello es ondulado, tal como me la imaginada. Atrás de ella corre el Elías, su hermanito, potoncito y quizás demasiado amoroso, apenas producía el nombre de su hermana, de hecho fue su primera palabra. Me dan ganas de gritar que son mi vida entera, me dan ganas de ponerme a llorar cada vez que los siento en la mesa para darles la comida, estoy segura que mi esposo piensa igual y me acaba de abrasar por la espalda, la Sofía corre hacia nosotros y nos pega un beso bien baboso en la ventana de donde la vemos jugar, hija te amo como el mar ama a la arena, pero ahora me tengo que marchar, te juro que te voy a extrañar, cuida a tu hermano mientras crezco, lo siento pero ahora debo despertar... me van a tener que esperar, pero te prometo que en 10 años me podrás venir a buscar.